Con estas recomendaciones la AMedEx quiere contribuir a despejar dudas sobre las principales herramientas que han demostrado ser efectivas en frenar el contagio del coronavirus y la propagación de la COVID-19.

  1. GUANTES
    • El uso de guantes por parte de la población general es una medida no recomendada y no son necesarios. No aportan una protección adicional respecto a la higiene de manos, generan una falsa sensación de seguridad en quien los utiliza y pueden disminuir la frecuencia del lavado de manos.
    • En establecimientos comerciales se aconseja su uso en actividades concretas de higiene universal (despacho de pan, frutas, verduras…) y siempre debe hacerse higiene de manos antes y después de utilizar los guantes.
  2. HIGIENE DE MANOS
    • El lavado frecuente de manos es una medida clave, esencial y fundamental para limitar la transmisión del coronavirus y la extensión de la COVID-19.
    • Un correcto lavado de manos se puede realizar con agua y jabón o con geles hidroalcohólicos con actividad viricida, autorizados y registrados por el Ministerio de Sanidad.
  3. DISTANCIAMIENTO SOCIAL
    • El distanciamiento social, entendido como el mantenimiento de una distancia aproximada de 2 metros, es una medida eficaz y necesaria para frenar la transmisión del virus.
    • Es preciso recordar encarecidamente a nuestros adolescentes que la amistad no confiere inmunidad, y que si no pueden evitar la cercanía humana a más de 2 metros de distancia, lo hagan con la mascarilla puesta.
  4. MASCARILLAS
    • El uso de mascarillas es una medida que complementa al distanciamiento social, pero sin reemplazarlo en ningún caso. Esta recomendación es extensible al ámbito laboral, social o de cualquier otra índole.
    • En el entorno familiar, salvo casos de enfermedad o sospecha de la misma, no es necesario su uso.
  5. TOMA DE TEMPERATURA
    • La temperatura corporal puede elevarse por multitud de procesos clínicos, infecciosos o de cualquier otra índole. A fecha de hoy, en ausencia de otros síntomas, no existe evidencia científica que apoye la efectividad de la mediación rutinaria de la temperatura corporal ni para detectar personas contagiadas o sospechosas de estarlo por el SARS-CoV-2, ni tampoco para prevenir contagios de la COVID-19.
  6. AISLAMIENTO
    • Todas las personas que sean diagnosticadas de COVID-19 y no requieran ingreso hospitalario deben permanecer en aislamiento domiciliario y vigilancia médica un mínimo de 14 días desde el inicio de los síntomas.
    • El alta del confinamiento domiciliario se acompañará, en el caso de personal socio-sanitario, de la realización y confirmación de resultados negativo de persistencia de virus con una prueba PCR (reacción en cadena de la polimerasa), antes de permitir su reincorporación al trabajo.
    • Toda persona asintomática que sea conveniente o haya mantenido un contacto estrecho, desde dos días antes, con otra diagnosticada de COVID-19, debe someterse a un seguimiento y vigilancia adecuados, en tiempo y forma establecidos en los protocolos de las autoridades sanitarias.
  7. PRUEBAS DIAGNOSTICADAS
    • La técnica de elección para diagnosticar la COVID-19 en su fase inicial es la detección de RNA viral mediante PCR.
    • La PCR debe realizarse siempre en muestras adecuadas (exudado nasofaríngeo, orofaríngeo o de vías respiratorias inferiores), tomadas de forma correcta, transportadas con rapidez al laboratorio de microbiología y procesadas por profesionales sanitarios, con equipamientos de calidad que permitan ofrecer un resultado preciso y fiable.
    • La Administración debe garantizar la realización de una prueba de PCR, en las primeras 24 horas, a todo paciente que cumpla criterios clínicos de caso sospechoso. Si la prueba fuese positiva también debe hacerse a todos sus contactos.
    • Las pruebas serológicas para detección de anticuerpos de tipo IgG, que son los anticuerpos que indican inmunidad, deben realizarse mediante las técnicas ELISA en sangre obtenida tras punción venosa. Estas pruebas están indicadas en personas con sospecha de COVID-19 y PCR negativas. También deben ofrecerse a todo el personal sanitario y sociosanitario, así como a los diferentes grupos de riesgo que pudieran tener un papel clave en el control de la transmisión entre personas (fuerzas de seguridad, trabajadores expuestos al público, profesores…) para conocer su estado inmunológico.
    • Las conocidas como pruebas o test rápidos (realizados en sangre capilar) no deben usarse ni para el diagnóstico ni para la toma de decisiones clínicas, dado que carecen de una evidencia científica suficiente y sus resultados pueden llevar a interpretaciones erróneas.
  8. OTRAS RECOMENDACIONES
    • La realización de un cribado periódico mediante PCR a todo el personal sanitario del ámbito hospitalario y de atención primaria serviría para poder garantizar su no condición de portadores y/o transmisores de la enfermedad.
    • En la situación actual, de no disponibilidad de vacuna ni tratamiento curativo, ni existencia tampoco de inmunidad de grupo en la población española, la realización de PCR y el aislamiento de los enfermos, junto con las recomendaciones de protección antes enunciadas, son las únicas medidas que pueden limitar la expansión de la epidemia y recuperar la confianza y seguridad de los ciudadanos.