Durante 2018 unas 1.463 personas se han visto afectadas en todo el mundo y se han producido 170 muertes hasta la fecha. En España, según datos oficiales del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en lo que llevamos de 2018 se han declarado oficialmente 7 casos en équidos, incluyendo 4 focos en Andalucía, 2 focos en Extremadura y 1 en Cataluña.
La Universidad de Extremadura, a través de un estudio, ha podido detectar en la región dos focos del virus del Nilo Occidental en caballos y tres en aves silvestres, en concreto en dos mochuelos y en un azor.
Los arbovirus son un grupo heterogéneo de virus con la característica común de ser transmitidos por artrópodos (insectos, arácnidos, etc). Hay más de 500 especies virales registradas en el Catálogo Internacional de Arbovirus, de las cuales 134 son patógenos para el hombre y prácticamente todas ellas son virus ARN. Uno de ellos, el más extendido en el mundo, es el virus del Nilo Occidental.
Según información remitida por la Universidad de Extremadura, en Europa y en la cuenca mediterránea en concreto, desde el año 2000 se ha producido un agravamiento de la situación, «siendo el año 2018 uno de los más cruentos hasta la fecha». Según los datos publicados por la ECDC (European Centre for Diseases Prevention and Control) en lo que llevamos de 2018, unas 1463 personas se han visto afectadas y se han producido 170 muertes hasta la fecha.
En animales, concretamente en équidos, la situación hasta la fecha en Europa es de 267 casos declarados, la mayor parte de ellos en Italia, Hungría y Grecia. En España, según datos oficiales del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en lo que llevamos de 2018 se han declarado oficialmente 7 casos en caballos, incluyendo 4 focos en Andalucía, 2 focos en Extremadura y 1 en Cataluña. Además, en Extremadura, se han podido detectar otros 3 focos en aves silvestres, en concreto en 2 mochuelos y en un azor.
Todos los hallazgos en la región extremeña se han detectado gracias a un proyecto de investigación, dirigido por la profesora de la Universidad de Extremadura, Eva María Frontera y otros participantes, como el coordinador de la sección de entomología, Daniel Bravo, y la coordinadora de la sección de équidos, la profesora María Martín Cuervo, junto a otros investigadores de la Universidad de Extremadura, de los centros de recuperación de fauna silvestre y de la Administración regional.
Este proyecto incluye el estudio del virus del Nilo occidental en todos los eslabones del ciclo epidemiológico, de tal modo que se están capturando e identificando mosquitos potencialmente vectores de la enfermedad, buscando los propios virus en estos vectores mediante técnicas moleculares de detección de su ARN. Además, para completar el estudio, con la colaboración de médicos del SES, «se están tomando muestras en humanos con signos meningoencefalíticos y así poder determinar la presencia del virus o posibles anticuerpos frente al mismo».
En general, aunque la mayoría de las personas infectadas no tienen ningún síntoma clínico, se estima que el 20% de las personas que se infectan con el virus del Nilo sí pueden desarrollar síntomas leves como son fiebre, dolor de cabeza y dolores corporales, y ocasionalmente erupción e inflamación de los ganglios linfáticos. Solamente 1 de cada 150 personas infectadas con el virus puede desarrollar la forma más grave de la enfermedad, que incluye encefalitis o meningitis con dolor de cabeza, fiebre alta, debilidad, desorientación, convulsiones, etc. La principal vía de contagio a los humanos es por la picadura de mosquitos competentes que puedan vehicular dicho virus.
Los investigadores recuerdan que es una enfermedad de declaración obligatoria en équidos y humanos. La declaración de focos positivos en animales es fundamental para la Salud Pública extremeña, ya que podrían determinarse las zonas de riesgo y así poder actuar convenientemente ante posibles casos humanos en dichas zonas y poder actuar en las explotaciones equinas o aviares afectadas, tomando las medidas adecuadas de desinsectación y eliminación de focos de cría de mosquitos infectados.
Según los resultados obtenidos, desde la UEx se insta a los profesionales médicos a tener en cuenta esta enfermedad en sus protocolos de diagnóstico diferencial ante casos sospechosos.