Tan solo cerca del 50% de la población de todo el mundo tiene acceso integral a los servicios básicos de salud; casi cien millones de personas viven en la extrema pobreza por tener que asumir los costes de los servicios de salud; y más de 930 millones de personas destinan más del 10% de su presupuesto familiar en pagar estos servicios
Con motivo de la conmemoración del día de la cobertura sanitaria universal, que se celebra el 12 de diciembre, queremos recordar la importancia de que todas las personas tengan acceso a ella.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la cobertura sanitaria universal “implica que todas las personas y comunidades reciban los servicios de salud que necesitan sin tener que pasar penurias financieras para pagarlos”. Por su parte, el Banco Mundial afirma que esta “implica garantizar que las personas accedan a los servicios médicos que necesitan sin que esto les genere dificultades financieras”.
Además, esta organización establece que la cobertura sanitaria universal abarca “todo el espectro de servicios de salud esenciales de calidad”, lo que significa que incluye desde la promoción de la salud hasta la prevención, el tratamiento, la rehabilitación y los cuidados paliativos.
Asimismo, cabe destacar que todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas han acordado tratar de alcanzar la cobertura sanitaria universal en 2030, en el marco de la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Concretamente, el tercer objetivo de los ODS vela por la salud y el bienestar de las personas.
Desafíos
Entre los grandes desafíos de la cobertura sanitaria universal se encuentran la reducción de la mortalidad materna (en los países menos desarrollados se estima que 1 de cada 56 mujeres pierde la vida por estas razones) y de la infantil (que se ha reducido a la mitad en las últimas tres décadas), la prevención de embarazos en adolescentes, enfermedades infecciosas, así como la salud mental, los trastornos neurológicos o el consumo de sustancias, entre otros.
Papel de la Unión Europea
La Unión Europea aprobó el pasado 30 de noviembre la “Estrategia mundial de la UE en materia de salud para mejorar la seguridad sanitaria mundial y la salud de todos”. Esta presenta tres prioridades interrelacionadas, que establece como las claves para afrontar los retos sanitarios mundiales: la mejora de la salud y el bienestar de las personas a lo largo de toda la vida; el refuerzo de los sistemas sanitarios y avanzar en la cobertura sanitaria universal; y la lucha contra las amenazas para la salud, incluidas las pandemias, aplicando el concepto ‘Una sola salud’.
En definitiva, la Estrategia “pretende recuperar el terreno perdido en el camino para alcanzar los objetivos universales relacionados con la salud de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2030”. Para ello, propone acciones como el acceso equitativo a las vacunas y a los tratamientos médicos mediante el refuerzo de los sistemas farmacéuticos locales y su capacidad de fabricación local; el establecimiento de normas internacionales sólidas y vinculantes frente a las pandemias; una mayor vigilancia y detección de patógenos; y un enfoque global bajo el concepto ‘Una sola salud’.