La Comisión Central de Deontología del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) ha elaborado un informe sobre las tesis negacionistas a propósito de la pandemia COVID19 en que subraya que el Código de Deontología Médica es de obligado cumplimiento para todos los facultativos, sin excepción alguna.

El texto incide en que la profesión médica tiene el compromiso con la sociedad, por un lado de racionalidad dirigida a la mejora constante de la calidad y de las condiciones de la atención sanitaria que presta y por otro de intransigencia con los comportamientos no éticos o cómplices por omisión de acciones intolerables como lo que está ocurriendo y previstas en el Código de Deontología Médica.

Es preciso volver a recordar que el código es de cumplimiento obligatorio para todos los médicos colegiados y que periódicamente renueva el consenso mayoritario de toda la profesión. Por lo cual, todo médico dentro de una actividad médica debe someterse a las normas de práctica clínica, basadas en el método científico, la adecuada relación médico-paciente y con arreglo a la deontología profesional.

El informe hace hincapié en que la dificultad de establecer un conocimiento exacto sobre los diversos aspectos relativos a la enfermedad COVID 19 obliga a la máxima prudencia de opinión y acción a los médicos que actúan directamente en la atención a pacientes, en la prevención del contagio en la población sana, y a aquellos médicos con responsabilidad social, bien por considerarse líderes de opinión (redes sociales…), bien por tener responsabilidades sanitarias o políticas en relación a la pandemia.

Las actuaciones de los médicos que contradicen la lex artis y los conocimientos sustentados en medicina con base científica en relación a la epidemia COVID19 ponen en riesgo no solamente a los pacientes que puedan atender directamente, sino también a los colectivos inmediatos (familiares de los pacientes, grupos de trabajo, etc.) y a toda la sociedad.

Entre estos riesgos se encuentran:

1.-Riesgo de exposición. Al emitir mensajes que desaconsejan medidas de protección contra el contagio (uso de mascarillas, etc.) exponen directamente a las personas sanas a ser contagiadas.

2.-Riesgo de contagio. Aquellas personas que no sigan las pautas de protección contra exposición al virus COVID 19 tendrán una mayor tasa de contagio que las respuestas.

3.-Riesgo de enfermedad. De las personas contagiadas, un porcentaje que se estima superior al 10% sufrirán la enfermedad COVID 19.

4.-Riesgo de muerte. No puede olvidarse que las personas que enferman por COVID 19 tienen una tasa de letalidad superior al 2%, la cual se incrementa significativamente en determinados grupos etarios.

5.-Riesgo de retraso terapéutico. La emisión de mensajes relativos a la inexistencia del virus, o a la ineficacia de determinados tratamientos puede retrasar de modo significativo terapéuticas demostradas útiles en el tratamiento de los pacientes COVID 19.

6.-Riesgo de terapéutica inadecuada. Dentro de algunos colectivos médicos se está proponiendo el empleo de terapéuticas sin ninguna base científica que no solamente no se han mostrado eficaces en el tratamiento de la enfermedad, sino que tampoco lo son en ninguno de los subgrupos estudiados.

7.-Riesgo de terapéutica tóxica. En algunos colectivos, en los que participan médicos, se están proponiendo el empleo de sustancias tóxicas como parte de la terapéutica de la enfermedad, lo cual está significando un efecto tóxico directo sobre las personas a las que se administra.

8.-Riesgo de contagio colectivo. La desatención de las medidas de protección debida a mensajes emitidos por médicos negacionistas puede tener como consecuencia la propagación de la enfermedad sobre todo debido a la emisión de mensajes públicos en los que se niega que la reunión de grandes grupos de población incrementa el riesgo de transmisión de la enfermedad infecciosa. En algunas de estas reuniones multitudinarias han participado médicos negacionistas.

El informe recoge que el ejercicio de la Medicina es un servicio basado en el conocimiento científico aplicado, en la destreza técnica y en actitudes y comportamientos éticos, cuyo mantenimiento y actualización son un deber individual del médico y un compromiso de todas las organizaciones y autoridades que intervienen en la regulación de la profesión. Por ello, ningún ciudadano sea médico o no, puede otorgarse el derecho no solo se subvertir el orden sanitario y social si además el mismo constituye en sí un atentado contra la salud pública.

Informe de la Comisión Central de Deontología

Fuente: Médicos y Pacientes, 21 octubre 2020