(Imagen cedida por Daniel Bravo, veterinario experto en entomología de la UEX)
La Universidad de Extremadura, gracias al proyecto de investigación titulado “Vigilancia del mosquito tigre y análisis de la posible circulación del virus del Nilo occidental en Extremadura”, ha detectado la presencia del mosquito tigre en el oeste y el sur de la región aunque según los investigadores, actualmente no hay motivo de alarma pues la cantidad de insectos es muy baja y las autoridades sanitarias ya han tomado las medidas oportunas para su eliminación.
Este mosquito es fácil de reconocer, pues su cuerpo es de color negro y tiene una raya blanca en la cabeza y el tórax, y también tiene bandas blancas en las patas y el abdomen. A diferencia de otros mosquitos presentes en España, está activo durante el día, especialmente en el amanecer y en el crepúsculo.
Según aseguran es «prácticamente imposible diferenciar» a simple vista una picadura de mosquito tigre de otra provocada por el mosquito común, si bien, suelen provocar picaduras múltiples y con un componente inflamatorio más marcado. «También suelen ser picaduras más dolorosas y requieren más días de curación total. En ocasiones, la reacción local es tan fuerte que puede llegar a requerir tratamiento médico similar al que se aplica frente a otras picaduras de insectos. Normalmente suele consistir en antihistamínicos orales, corticoides o antisépticos tópicos. Para evitar esta dolorosa picadura se podrían utilizar repelentes, mosquiteras y ropa que cubra el cuerpo (manga larga y pantalón largo)» añaden los investigadores.
La principal medida preventiva que pueden tomar los ciudadanos en sus viviendas, según señalan, es no dejar recipientes con agua estancada durante más de 4-5 días para evitar la eclosión de los huevos y crecimiento de las larvas (por ejemplo, vaciar el agua de los platos de las macetas, renovar frecuentemente el agua de los bebederos de los animales, etc). Asimismo, hacen un llamamiento a los ciudadanos de la región a que «para aumentar los puntos de vigilancia» si creen que han visto algún ejemplo de mosquito tigre, que lo fotografíen y envíen la imagen a través de la app gratuita de móvil ‘Mosquito Alert’.
También es importante evitar colores muy llamativos y los perfumes fuertes. Si ya ha habido picadura, es importante evitar el rascado y aplicar hielo inicialmente en la zona durante unos 15 minutos. En ocasiones, es necesario pautar corticoides orales e incluso antibióticos, pero es importante saber que se debe evitar el uso de antihistamínicos en cremas.
En el marco de este proyecto, se están vigilando desde abril de 2018 un total de 17 puntos en la región extremeña, con un total de 61 trampas, hasta que el pasado mes de agosto fueron detectadas dos trampas positivas en la región, situadas más al oeste y al sur de la región. En ambas trampas se detectaron huevos compatibles con mosquito tigre, que al ser eclosionados y criados en el insectario de la Facultad de Veterinaria, han evolucionado hasta adultos de la especie Aedes albopictus o mosquito tigre.
Los investigadores de este proyecto, liderado por la profesora de la Universidad de Extremadura, Eva Mª Frontera Carrión, junto al veterinario experto en entomología Daniel Bravo Barriga y un equipo de científicos y profesionales relacionados con la entomología y la salud, destacan la facilidad que tiene este mosquito para viajar en los vehículos, ya sea coches, autobuses o camiones, que han sido «uno de los mecanismos más importantes por los que se ha ido extendiendo pasivamente por el país».
Así, y teniendo en cuenta esta premisa, los puntos de vigilancia activa en Extremadura están siendo las estaciones de autobuses, el aeropuerto, las principales estaciones de servicio a lo largo de la A5 y la A66, o los centros de neumáticos y centros logísticos de transporte de mercancías. También, y debido a la facilidad de cría en el agua de los floreros, también hay trampas en los cementerios de Cáceres, Badajoz, Mérida y Plasencia.