(Artículo publicado en el Diario Hoy el 14 de enero de 2017 escrito por el Dr. Ángel Ligero, Médico de Atención Primaria. Vicepresidente 2º del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Cáceres)

Cuando a los médicos se les pidió al comienzo de la crisis, que asumieran una situación grave como la que vivíamos en ese momento, tuvieron claro que había que dar un paso adelante y hacer el esfuerzo que la ciudadanía necesitaba.

Ocho años después y observando con satisfacción que la situación ha mejorado, como así se explicita por parte de las Administraciones (Gobierno Regional más de un 5% de incremento de presupuesto para 2018 y SES, un incremento del 4,3%), desde A.P. tenemos el sentimiento de ser los olvidados por parte de las Administraciones.

En la última Encuesta Nacional sobre la situación laboral del médico en España (E.N. 2015) y en contraste con su homóloga de Extremadura (E.Ext.2016), realizada por el Colegio de Médicos de Cáceres, y que fue remitida en su día a las Autoridades Sanitarias Extremeñas, se recogen los datos aportados por médicos de A.P. (muestra del 20%, altamente significativa).

Si ya la carga de trabajo supone que más del 17% de médicos encuestados atienden, en días normales, a más de 50 pacientes, cifras que soportan casi la mitad de la plantilla por las continuas acumulaciones, sustituciones, bajas por enfermedad… este incremento de trabajo y responsabilidad supera por mucho la media nacional, siendo su causa fundamental los recortes en sustituciones y la escasa reposición de la plantilla. En esta situación difícilmente se puede prestar la atención de calidad y atender a los pacientes con la profesionalidad y esmero que el médico quisiera. Hay que añadir, que el médico se juega su propia salud por la continua sobrecarga asistencial dedicando en ocasiones más de 31 horas seguidas a la atención del paciente.

En respuesta a las preguntas de cuáles son las preocupaciones más importantes que la crisis ha dejado a los médicos, dos son las respuestas:

El 48% de los médicos encuestados manifiestan haber tenido una pérdida económica de más de 20% de su sueldo, y de estos, el 19% considera que la pérdida ha sido superior al 26% (muy por encima de la media nacional).

Esta pérdida de poder adquisitivo queda a la vista cuando se conoce que hubo una primera bajada por parte del gobierno central, y que por parte del gobierno autonómico se bajó el Complemento de Destino, Trienios, Productividad y se congeló la Carrera Profesional, reconociendo los niveles que se van adquiriendo pero sin abonarlos. Tampoco se abona al personal interino, temporal y personal procedente del SES incorporados en el SEPAD, creando una situación discriminatoria. Se suspendió también la jornada de tarde o deslizante que prestaba atención a personas que no podían asistir a las consultas por la mañana. Es de justicia que médicos de Cedex, COF y AC, dentro de la categoría de Primaria, tengan todos los mismos derechos y retribuciones que se reconocen a sus compañeros… Por perder … los médicos de A.P. han perdido hasta la comida y cena de las guardias, situación que no se produce en el ámbito hospitalario. Y en estas condiciones, no ayuda la precariedad de los contratos, algunos de lunes a viernes, por lo que cada médico que aún tiene ánimo y necesidad de trabajar, opta por marcharse a otra Autonomía donde aseguran contratos más estables. Con esta situación se propicia que el médico que aún permanece en Extremadura acumule más trabajo, más consultas y pueda dedicar menos tiempo a su quehacer diario que es, no olvidemos, la atención integral del paciente y algo que tanto nos preocupa, la atención al paciente crónico como indican las visitas programadas a domicilio que doblan la media nacional semanalmente.

La otra preocupación que el médico manifestaba, era el incremento de la jornada laboral a 37,5horas, impuesto por el Gobierno central.

En este apartado es muy oportuno recordar que, aunque en otras áreas de esta Autonomía sí se están realizando las 35 horas semanales, volviendo a haber discriminación laboral con los médicos de A.P. y recogiendo datos de la E.Ext. 2016, en Extremadura, sus médicos realizan actividades formativas que superan con creces la jornada ordinaria actual de 37,5 horas/semana. Si analizamos los datos observamos que más del 30% de los médicos participan en Docencia frente al 43% E.N., en Investigación 17% de los médicos manifiesta su vinculación y si hablamos de Formación Continuada en A.P. donde el médico tiene el deber y el derecho de actualizar sus conocimientos durante su vida profesional, nos sorprendemos al conocer que fuera de su trabajo, restando horas de descanso y disfrute familiar, los médicos extremeños dedican el mismo tiempo que el resto de médicos españoles. Ya que al ser una actividad voluntaria la han de buscar allí donde se realiza y Extremadura es extensa y dispersa, por lo que al tiempo de formación hay que añadirle los largos desplazamientos que se realizan.

Se impone, a la vista de lo expuesto, volver a las 35 horas de antes de la crisis, aún sabiendo que muchos médicos extremeños dedican a su trabajo y formación más de 40 horas semanales.

Corresponde a la Administración Autonómica adecuar la jornada laboral, realizar contratos de larga duración, evitar las continuas acumulaciones de consulta que tanto desestabilizan a pacientes y médicos, conceder la exención voluntaria de guardias a mayores de 55 años y fijar de manera también voluntaria e inmediata la edad de jubilación en 67 años, e incluso, adecuar el puesto de trabajo a las condiciones físicas del médico. No hacerlo, conlleva irremediablemente a imposibilitar una atención digna y de calidad a los pacientes por falta de médicos.

La Administración debe facilitar el acceso a la formación, también es su responsabilidad, lo más cerca del puesto de trabajo y siempre dentro de la jornada laboral, y pensar en quienes desde hace 8 años, siguen con su sueldo rebajado y perdiendo cada día más nivel adquisitivo.

Sería una buena manera de comenzar el año.

Siempre que se quiera nunca es tarde.